Volver a vivir el festival de manera presencial ha sido toda una experiencia. Esta tercera versión de FETEB, estuvo cargada de energía y buen hacer. Desde el convivo que se generaba en la sala de espera, la calidez entre intérpretes y espectador hasta compartir nuevos abrazos al final de la jornada.
El compañerismo y amor por el teatro primó en esta ocasión y el resultado fue gratificante, además de enriquecedor poder ser parte.
La escena local está creciendo de manera exponencial, es por ello que urge generar espacios en la ciudad, para que el arte e instancias como estas prevalezcan.
Necesitamos más oportunidades, hace tiempo que la cuarta pared se rompió. El vínculo ya existe, ahora hay que actuar.