Es indudable que en los últimos años el interés de la comunidad nortina por la astronomía ha crecido exponencialmente. Figuras como el célebre Dr. José Maza ha hecho resurgir la pasión por un área de la ciencia que, a veces, pareciera que socialmente ha sido explorada de manera superficial. Esto sin importar que el norte de Chile sea considerado como una “capital para la observación astronómica” debido a su clima tan especial.
Es por lo anterior que el rubro del turismo astronómico ha ganado relevancia, sumando cada vez más público e interés por empaparse de astronomía en visitas guiadas a lugares idóneos para la observación nocturna, tales como la Mano del desierto en Antofagasta o Altos del Loa en la ciudad de Calama. Además de las observaciones nocturnas, existen visitas guiadas a centros astronómicos como los observatorios.
Y es ahí donde aparezco yo. Soy guía turístico del Observatorio Paranal. Y, la verdad, ha sido una experiencia única y formidable. Y lo digo con propiedad, ya que el Observatorio Paranal es el observatorio astronómico de luz visible más avanzado del mundo, ya que posee el Very Large Telescope (VLT).
Lo mejor de estas visitas gratuitas y guiadas en Paranal es que logran acercar a las personas no solo la parte visual de la astronomía, sino que al trasfondo tecnológico e ingenieril que permite el avance en este campo científico.
Estas oportunidades, estos espacios para abrir el mundo astronómico al público en general de una manera menos técnica, presentan una gran ventaja tanto para la ciencia como para la comunidad en general: crear una mayor aceptación e interés por la ciencia. Lo que puede sembrar la inquietud de mirar las estrellas, para generar más profesionales en nuestro campo.
Además de hacer crecer la profesión, y generar en su posibilidad más campo laboral, las visitas guiadas proponen un entendimiento de dónde venimos, y una pincelada para comprender fenómenos físicos. Lo que impulsa el crecimiento intelectual de la sociedad.
Por otro lado, si tuviera que señalar alguna desventaja del interés turístico por la astronomía, es el impacto que generan las personas en estos lugares idóneos para la observación nocturna: la contaminación.
Cuidar la contaminación lumínica, como la de desechos, es crucial al momento de asistir a estos eventos. Quiero ser enfático al recordar que el cuidado de estos lugares permite que puedan asistir más personas, y que las entidades privadas y gubernamentales habiliten más y mejores zonas de este tipo.
Ha sido grandioso ver la astronomía llegar a más personas. Ver como día a día son más los estudiantes y profesionales que se dedican a su divulgación. Ayudando a que el conocimiento llegue a los lugares más recónditos de la sociedad. Despertando el interés de más personas por mirar las estrellas y participar en una ciencia hermosa, que tiene como objetivo caracterizar el nacimiento, formación y secretos del lugar donde vivimos: el universo.